lunes, 10 de noviembre de 2008

19,20 y 21 DE OCTUBRE: VENECIA

En unas tres horas de bus estábamos ya en Mestre, una estación cercana a Venecía, ciudad a la que llegaríamos tras 10 minutos de un tren.
La primera impresión que venecia crea es, además del asombro, una rotura de esquemas, un alucine...

Las calles son ríos y los transportes públicos son barcos. Aunque sea de sobras conocido todo esto, y esté palsmado en miles de libros, revistas, películas, guías de viaje, vídeos y un sinfín de lugares, no deja de descolocar el esquima mental de funcionamiento urbano al que estamos acostumbrados.

Una vez pasado este flash, y contemplando de un lado para otro todo lo que te rodea, se corta inmediatamente el aliento.
Realmente es precioso, asombroso, una maravilla hecha ciudad.
En contrapartida, el turismo es una bandada que sobrevuela la ciudad por todos los rincones. No hay una sola callejuela en la que no estén presentes personas con cámara en mano dispuestas ainmortalizar cualquier rincón. Y no digo que no lo merezca, pero a veces los maravillosos canales piden a gritos un poco más de soledad e intimidad. Pero es el turismo el que le aporta riqueza a Venecia y a los venecianos, acostumbrados a verse desbordados por extranjeros y visitantes por todos lados.

Sea lo que sea, y borbotones de gente incluidos, esta ciudad fascina tanto a los trotamundos como a los viajeros burgueses y no puede decepcionar ni al más exigente. De hecho, algunas de las estampas que ofrece Venecia, es una de las mezclas de piedra y agua más preciosas que cualquier persona puede observar.


Y nada, que el viaje llegó a su fin...

Que ha sido un recorrido que ha incluido varios paises y ciudades con todo lo que sus paisajes y sus gentes nos han ofrecido. Y eso es mucho, muchísimo.

Y que solo gracias a la magia de viajar uno puede sentir que el mundo somos uno y que a pesar de cómo hemos aprendido a vivir cada uno, estamos hechos todos de la misma pasta. Eso es lo más importante.



1 comentario:

Algane dijo...

Preciosos todos los comentarios, las fotos y lo bien que te lo has pasado allí, jejeje... Me has dado tanta envidia que en un par de semanas parto hacia Ginebra para ver el Mont Blanc y todos los Alpes que pueda! Un besazo guapa...